Consejos para la compra de un vehículo de segunda mano

 

Para empezar, asegurémonos de que tenemos fotos del coche que vamos a ver y que no sean sacadas de Google. Sobretodo no tengamos prisa por comprar, son ellos los interesados en vender.

A primera vista
Lo primero que vamos a mirar es la carrocería. Un golpe de chapa reparado siempre deja algún rastro. Una tonalidad distinta en la pintura sería un indicio de ello. Otro punto importante puede ser los pasos de rueda y aletas, donde fácilmente podremos palpar la presencia de masilla (golpeando con los nudillos puede sonar a macizo).
Hay que fijarse en las holguras entre chapas, por ejemplo, la holgura entre el parachoques y ambas aletas debe ser uniforme en toda la zona.
Ahora viene cuando empezamos a meter mano al coche. Abriremos y cerraremos las puertas y maletero para verificar que cierren correctamente, de lo contrario, probablemente el chasis haya recibido un fuerte golpe. También observaremos que no haya puntos de soldadura en estas zonas.
Pasamos al habitáculo
Una vez sentados en el asiento, miraremos el desgaste del volante, pedales, palanca del freno de mano y los plásticos en general. Si nos están vendiendo que el coche tiene 40.000km y el volante está considerablemente gastado, podríamos poner la mano en el fuego que ese vehículo supera tranquilamente los 100.000km.
Ya puestos, pisaremos el pedal del embrague para ver su tacto. Si presenta un tacto duro, nos está diciendo que está casi al final de su vida. Esto también nos puede dar una pista de los km.
Abriendo el capó
Yo siempre pienso que un motor, cuanto más sucio mejor. Un motor sucio puede decirnos que nunca se ha averiado. Si al abrir el capó nos encontramos con un motor impoluto, eso puede significar que se está ocultando alguna fuga de aceite o líquido refrigerante, o que recientemente ha pasado por taller por alguna avería.
Ahora pidamos al propietario que arranque el motor, de esa manera oiremos cualquier ruido que haya: un traqueteo extraño, chirridos en la correa, etc.
Nos iremos hacia el tubo de escape para mirar los humos. Si el humo es excesivamente blanco (con el frío es normal que salga algo blanco, eso es la condensación), al motor le toca hacer junta de culata. Si sale en un tono azulado, está quemando aceite.
Nos ponemos en marcha
Con el motor en marcha, nos vamos a dar una vuelta para acabar de recibir sensaciones. Antes que nada probaremos a engranar todas las marchas, tanto para subir como para reducir velocidad. No debería rascar ninguna marcha ya que si lo hiciera, el embrague o la caja de cambios estarían para cambiar, y no son baratos.
Ahora vamos a verificar la dirección. En una carretera llana y sin curvas, pongamos recto el coche y dejemos el volante libre. Si todo está correcto, el coche no debería desviarse de la trayectoria.
Para finalizar, realizaremos un leve frenazo para confirmar que los frenos y neumáticos estén correctamente equilibrados.

Vía: hotpaddot

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