El equipo de David Tholen, de la Universidad de Hawai, consiguió las imágenes el 31 de enero pasado, cuando el asteroide estaba a solo 44 grados de distancia del Sol y era un débil puntito. Serán necesarias nuevas y periódicas observaciones para llegar a refinar la órbita. Además, en 2013 Apofis ya se acercará bastante a la Tierra, por lo que se podrá observar su trayectoria con gran precisión a través del radar.
La razón del riesgo de colisión es que Apofis se acercará mucho a la Tierra el 13 de abril de 2029, cuando se cree que pasará a menos distancia de la que hay a la órbita geosíncrona (casi 36.000 kilómetros de altura), donde están muchos grandes satélites de comunicaciones. Entonces será visible en el cielo nocturno como un pequeño punto en rápido movimiento.
Se espera que en este encuentro tan cercano la influencia gravitatoria terrestre cambie la órbita del asteroide, lo que podría desembocar en una colisión con la Tierra en 2036 o 2068. Para que aumentara la pequeñísima probabilidad de que esto suceda el asteroide tendría que pasar en 2029 justo por una región concreta del espacio, muy poco mayor que el propio asteroide, lo que en sí es poco probable.
Aunque los astrónomos intentan calmar las ansiedades del público, sus descubridores lo bautizaron como Apofis, el nombre griego del antiguo dios egipcio «El Destructor» que vive en la eterna oscuridad e intenta destruir al Sol mientras recorre su tránsito nocturno.
Según se calcula por su brillo, Apofis tiene unos 320 metros de largo, con una masa estimada de 46 millones de toneladas.
Luego del descubrimiento de Apofis se le dio inicialmente al asteroide una posibilidad entre 300 de un choque con la Tierra, pero análisis posteriores descartaron completamente esta posibilidad. Sin embargo en los posteriores acercamientos de los años 2035, 2036, y 2037 hay una posibilidad entre 6 250 que choque con nuestro planeta, esto es hay un 99,98 por ciento de posibilidades que el asteroide no impacte al planeta.