La insólita historia comenzó cuando Luis Miguel viajó hasta Arkansas con su familia para visitar a su hijo, que estudia allí Periodismo. Durante la noche, y ya en casa de su hijo, uno de sus vecinos llamó al domicilio quejándose del ruido. «Mi hijo tiene un vecino obsesivo del que ya me había hablado por teléfono. Este individuo aporreó nuestra puerta en plena noche completamente drogado y diciendo que hacíamos mucho ruido. Para nada hacíamos ruido. Posteriormente simuló una caída. Además, al llegar la policía este hombre adujo que me había confundido con un agente», relató L.M. Domínguez.
Según aseguró, el trato de la policía no fue el habitual en cualquier «país desarrollado». «Nada más llegar los agentes de seguridad, con la mano en las pistolas, me hicieron sentarme en el suelo y mantener la boca cerrada. Todo delante de mi madre, que no podía evitar llorar», aseguró el documentalista. Para más inri la policía tomó como prueba una «estrellita de sheriff» que Luis compró a modo de souvenir durante una de las excursiones con su familia.
Todo un enredo
Luis Miguel no comprende cómo un asunto tan simple que podría solucionarse de una manera civilizada en nuestro país acabó complicándose de esa forma. No en vano la policía se lo llevó detenido. «Me llevaron a una celda de cuatro metros cuadrados, con el típico traje a rayas, en la que estábamos metidas 10 personas. Las necesidades se hacían en la propia celda», comentó indignado.
Tras pasar la noche preso L.M. Dominguez logró salir en libertad con fianza y está a la espera de que se solucione todo este horrible malentendido. «Ahora estoy trabajando con mis abogados. No olvido a los policías riéndose mientras me metían los dedos por el culo para ver si llevaba algo. Después de todo lo que he pasado yo y mi familia pienso llegar hasta el final.», aseguró el naturalista.
Además, con el tiempo se ha descubierto que el «obsesivo vecino» que comenzó todo este «insólito episodio», tiene problemas de esquizofrenia, según afirmó L.M. Domínguez. El conocido documentalista reconoce no guardar rencor a los EE.UU, sin embargo, no está tan satisfecho con su sistema policial.