Efectivamente, el famoso agujero de la capa de ozono que nos trajo de cabeza desde finales de la década de los 80 está a punto de cerrarse. Es una gran noticia. Lo malo es que su cierre podría contribuir al calentamiento de algunas regiones del hemisferio sur. Vamos, que no nos libramos. Resulta que el agujero de ozono provocaba vientos de gran velocidad, lo que daba lugar a nubes más húmedas y luminosas durante los veranos, que actuando a modo de espejos rebotaban los rayos del sol y contribuían a hacer la atmósfera antártica más fria. Cuando se cierre finalmente el agujero, para lo cual queda muy poco tiempo, dejará de haber esos vientos y por tanto se acelerará el calentamiento de esas regiones. Descorazonador del todo.
Lo que se preguntan ahora los científicos es sino sería mejor dejar el agujero como está, estabilizarlo antes de que se cierre. Pero parece que esa no sería la solución más adecuada. A nadie le gusta tener un agujero en la capa de ozono sobre su casa.
La única solución posible al calentamiento global es reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, porque eso es lo que causará la aceleración del calentamiento cuando ya no haya un proceso de enfriamiento
Otra solución podría ser el barco que fabrica nubes. Pero habría que usar un montón de ellos para poder reproducir el efecto del agujero.
Vía/BBC.