Al respecto hay ya grandes clásicos que todos recordaremos. Pero para aquellos a los que las neuronas les hayan empezado a fallar, conviene hacer una recopilación al modo en que las hacían los juglares en la Edad Media. Esto no es boca a boca, si no web a web. Pues no, no descubrimos la rueda para todos esos ‘frikis’ de memoria prodigiosa, que todo grupo de amigo tiene. Además, seguro que hay nuevas generaciones que los desconocían y que no vivieron la sensación de creerse lo que no es, que en muchos casos, produjo una sensación divertida y que luego se tornó en lamento al saber que era falso. Ahí van.
Lo nuevo de Madonna no se llamará ‘Licorice’. Es lo que tiene publicar ese tipo de noticias cuando el disco no está grabado. Que en caso de que fuese a llamarse así, la artista siempre está a tiempo de cambiar el nombre. Para chinchar a la banda y de paso darse publicidad. Casos de nombres de discos que se iban a llamar de una forma y que luego se publican de otra, hay tantos que no merece la pena seguir por este camino.
¿Manía a La Oreja de Van Gogh?. Todos recordamos lo de Paulina y tal, que si la mexicana iba a ser la nueva cantante, en sustitución de la esquirol Amaia. Fue una broma resultona que caló en medio mundo. Pero alrededor del grupo donostiarra se hizo correr la voz de otro rumor: que Pedro Ruiz había suspendido la grabación de aquel relamido programa de entrevistas que dirigía porque los miembros de La Oreja de Van Gogh habían reivindicado su militancia jarrai y pro etarra. Ese fue gracioso, porque siempre fueron, son y serán, considerados niños bien de Donosti. Eso es, tan falso como un billete de 7 euros.
La mermelada de Ricky Martin, del perro o de no sé quién. Durante unas cuantas semanas el programa presentado por Isabel Gemio ‘Sorpresa, sorpresa’ se salió en los ratios de audiencia. Más aún de lo ya habitual (España es así… y el mundo entero). ¿Que por qué? Porque se corrió el rumor de que iba a salir una joven que, siendo grabada con cámara oculta para recibir la visita inesperada de su ídolo Ricky Martin, la cazaban untándose mermelada en sus partes para a continuación dar de cenar a su perro… Lo mejor, el efecto d hipnosis colectiva. Mucha gente dijo que lo había visto. Sí, en su calenturienta imaginación.
David Hasselhoff nunca llegó a ser Hassle the Hoff. Y mucho mejor. Que le va empinar el codo más de la cuenta y que tiene varias sanciones por conducir bebido, y no precisamente el coche fantástico, sí, todo es cierto. Que con sus discos es un superventas en Alemania, Suiza y Austria, también. Pero no, nunca sacó un disco de hip hop. Muchos nos lo creímos y escribimos al respecto. Pero es que hasta escribían declaraciones del mítico Ice-T, que iba a ser su productor (y que era su vecino), en plan “mostraremos una nueva faceta suya”. Una ‘pena’, pues se iba a cambiar de nombre por el de Hassle the Hoff, muchísimo más ‘cool’ y fácil de escribir. Lo desmintió convenientemente en la portada de su biografía…
Marilyn Manson no es el amigo del prota de ‘Aquellos maravillosos años’. Este es un clásico
que ya se sabe todo el mundo, pero había que nombrarlo precisamente por eso. Aquel chaval, en la serie llamado Paul, tiene ahora 32 años y es abogado. Se llama Joshua D. Saviano. Vamos que no es el señor Manson. El propio cantante desmentía el rumor, atónito, en una entrevista de una conocida revista de música española. Hay que decir que el rumor no traspasó las fronteras españolas.
Macca, Miguel Bosé, Limahl, Bunbury y otros ‘muertos’. Lo de dar por muerto a alguien que sigue vivo es algo de lo más habitual y de ámbito universal, llegándose a publicar esquelas en periódicos, a veces por parte de amigos y otras de enemigos. Claro, en el mundo de la música ha habido muchos casos. El más conocido, quizás, el de Paul McCartney. A raíz de la portada de ‘Abbey Road’, los fans más esotéricos de la banda creyeron ver en los pies descalzos de Paul McCartney la prueba de un rumor que venía sonando desde la grabación del ‘St. Peppers’. Que estaba muerto y el de la foto era un actor. Pues sí, la imaginación a veces es peligrosa: que si Paul tiene los ojos cerrados en la foto, que si John va de blanco en plan predicador, que si George va de enterrador, que si Ringo es el de las pompas fúnebres… Estaba claro que Macca estaba muerto… ¡si es que hasta cogía un cigarrillo con la mano derecha siendo zurdo¡. Acabáramos… todo el mundo sabe que toca el bajo al revés… ‘ergo’ está fiambrillo.
Paul tuvo que salir a desmentir el rumor. También Miguel Bosé apareció para desmentir y demostrar que no estaba muerto. Años después de haberle dado por muerto le señalaron como afectado por el virus del SIDA, una forma ruin y cobarde de especular con su sexualidad, además de ser mentira. Otro al que se le dio por muerto fue Limahl. Sí, el que cantaba la canción ‘Never end history’ de la película del libro homónimo de Michael Ende. Limahl, qué tipo, un auténtico ‘One-hit wonder’. Dieron datos hasta del accidente de tráfico en el que la palmó. Igualito ocurrió con Billie Joe Armstrong, cantante de Green Day, con Enrique histriónico Bunbury o con Billy Joel, que curiosamente ha tenido mil y una piñas con sucesivos coches y descontando pequeños rasguños, nunca ha tenido mayores problemas de salud, descontando los que le han llevado a ingresar varias veces en clínicas de desintoxicación.
Y lo peor es cuando los rumores sobre un artista corren después de muerto. Un caso claro y flagrante: Tino Casal murió en un accidente de tráfico y en su guantera se encontraron jeringuillas. Ya está. Se publicó que conducía bajo los efectos del caballo. Pues el gran Casal no conducía, iba de copiloto. Y además era diabético. Vamos, que se pinchaba… insulina. Lamentable.
Que los muertos descansen en paz pero no los vivos.Y lo que no es, no es y además es (casi) imposible…
Via: terra