¿Cuántas veces te has privado de pedir platillos con ajo por miedo a llevar su olor contigo el resto del día?
Ya sea que estés es una cita o a punto de dar un discurso importante, ese fuerte olor puede ser difícil de ocultar.
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio realizaron un estudio, publicado en el Diario de Ciencia Alimenticia. Descubrieron que la leche reduce la concentración de los químicos del ajo que hacen que su olor sea tan potente.
El agua es el principal componente de la leche y es la responsable de funcionar como desodorante para cubrir los residuos olorosos del ajo. Gracias a su contenido graso, la leche entera funciona mejor que la leche sin grasa.
Al agregar leche al ajo antes de ingerirlo, el efecto desodorante fue más pronunciado en la boca de una persona, en comparación con la simple ingesta del lácteo después de comerlo.
«Tomar bebidas o ingerir alimentos con mucho contenido de agua o grasa, como la leche, puede reducir el desagradable aliento que queda al comer ajo. Para acentuar el efecto desodorante, los alimentos deben mezclarse con el ajo antes de ingerirlo», señalaron los autores del estudio, Areerat Hansanugrum y Sheryl Barringer.
Vía: lomejordecadacasa