Imagínese una gallina obesa. Ahora figúresela aplastada por un camión de seis ejes. Ahora intente visualizar que Ud. toma los restos del desdichado animal y se los coloca sobre la cabeza. Ahora véalo con sus propios ojos.
Ahora realice el ejercicio anterior y reemplace la gallina por un mediomundo para pescar renacuajos y agréguele el baño de una casa de muñecas. Así es. Y por supuesto, la cosa empeora. Si Ud. consideraba que su suegra era una vieja ridícula sepa que siempre hay alguna peor.
Un sombrero también puede ser poético. Observe esta metáfora de la esquizofrenia colocada en la que parece ser la cabeza adecuada.
Conozca el decálogo de Los sombreros más tontos de Inglaterra. Quizás encuentre uno que le quede.