En cualquier hombre ordinario esta hazaña acabaría en la estrangulación o luxación de la vértebras del cuello, con el consiguiente daño a la médula espinal, y probablemente produciría parálisis del cuerpo o incluso la muerte instantánea…
Y es que Martin Laurello tenía la asombrosa capacidad de girar su cabeza 180 grados, hasta apoyar el mentón de la barbilla en su espalda. Era capaz de andar hacia delante mientras miraba hacia atrás; también podía girar su cintura y el pie derecho 180 grados.
Martin Laurello (realmente llamado Martin Emmerling) nació en Nuremberg (Alemania) en 1885.
Comenzó a demostrar su extraña habilidad en Europa y en 1921 llegó a EEUU donde actuó en las atracciones de Coney Island. De allí pasó a los circos Ringling Bros. y Barnum & Bailey´s, y trabajó en los mejores espectáculos de América.
Saber cómo era físicamente posible para Martin realizar aquellos virajes de cabeza sigue siendo un misterio para la comunidad científica.
Lo que sí decía Martin es que aquella extraña habilidad (únicamente igualada en la ficción por la niña de “El exorcista”) fue fruto de tres años de duro y persistente ¡entrenamiento! Así lo contaba Martin Laurello en un panfleto de presentación de su actuación en Dreamland, Coney Island, en Junio de 1921.
He aquí un extracto:
“Para darle una idea de cuán difícil es este truco, me gustaría llamar su atención sobre el hecho de que estoy haciendo esta actuación en los últimos 10 años y no he tenido ningún imitador.
Cuando mi cabeza se gira, todo el aire se corta, en otras palabras: no puedo respirar. Me llevó tres años hacer este truco a la perfección.
También giro todo mi cuerpo y mi pie derecho.
Vía: aldea-irreductible
que chido yo tambien lo quiero hacer