Guantánamo no es la única prisión en el punto de mira de Barack Obama. El nuevo presidente de EE UU va a firmar hoy órdenes ejecutivas (decretos) para cerrar, además del penal situado en suelo cubano, que deberá quedar clausurado en un año, lo que quede de la red de prisiones ilegales levantada por la Administración de George W. Bush, según han informado hoy fuentes del Gobierno al diario The New York Times. Estas órdenes suponen también acabar con métodos de interrogatorio equiparables a la tortura.
Las órdenes de Obama, dirigidas a la CIA, revuelcan las normas estadounidenses que regulan la detención de sospechosos de terrorismo y ponen fin al programa de la CIA que permite retener en prisiones secretas, sin control judicial, y durante meses o años a estos sospechosos. Hace un par de años saltó el escándalo de esta red secreta, que incluía centros de detención en algunos países de Europa del este. Según se supo, por denuncias de grupos de defensa de derechos humanos, en su guerra contra el terrorismo, la administración de George W. Bush, detuvo, incluso en países europeos, a sospechosos de terrorismo que luego eran trasladados de forma clandestina hasta países donde serían interrogados sin garantías judiciales. Algunos de estos detenidos aseguraron después haber sufrido torturas.
Las órdenes que hoy firmará Obama prohíben también a la CIA el uso de técnicas de interrogatorio que se consideran tortura, como el waterboarding, que consiste en lanzar agua al detenido en la cara de forma que no pueda respirar, pero sin llegar a matarlo. Las nuevas órdenes obligan a la CIA a usar los mismos métodos de interrogatorio que el Ejército, aseguran las fuentes citadas por el diario neoyorquino.