Parece ser que en el Vaticano con tanta misa no dan a basto con el vino y les sale mejor cosecharlo, aquí tenemos a Ratzinger en plena vendimia.
Una de las mayores aficiones de nuestro queridísimo Pontífice, es vendimiar albariño vestido con las ropas típicas del lugar.
Como él dice: un vino divino.