El reloj biológico de nuestro cuerpo está controlado por el núcleo supraquiasmático, una parte del cerebro que controla nuestros ritmos circadianos, o sea los ritmos biológicos del cuerpo.
Según dice Jean Matheson, especialista en desórdenes del sueño del Centro médico de Nueva York, estos ritmos naturales de nuestro cuerpo, por lo general no van alineados con las realidades que vivimos durante el día. El trabajo o la escuela, comienzan a horarios que no se pueden ajustar al programa de sueño de las personas.
Las personas a las que les cuesta mucho levantarse, probablemente tienen su reloj biológico programado para un despertar más tardío, así como para irse a dormir más tarde, lo que hace que vayan en contra de los horarios impuestos por la sociedad.
Según Matheson, es posible ajustar el reloj biológico con el que nos dicta la sociedad. Pero tiene un precio que tal vez no queramos encarar: no hay que dormir de más en los fines de semana. “Cuando la gente duerme hasta tarde los fines de semana, revierten todo a su ritmo natural”. O sea que mientras que durante la semana acostumbramos a nuestro cuerpo al ritmo artificial, en el fin de semana lo echamos todo a perder volviendo a cero.
Uno se puede entrenar, dice Matheson, poniendo la alarma 15 minutos más temprano cada día, y acatándola, por supuesto. Pero… ¿quien puede dejar de lado esas preciosas mañanas de fin de semana en las que uno se deja dormir sin control alguno?
Vía: demedicina