Se trata nada más y nada menos que de una hoguera portátil que se puede llevar como un maletín y quema combustible. Así hasta la habitación de hotel más fría, el estudio más inhóspito, el pisito más coqueto pero más extremadamente pequeño, quedarán convertidos en una caldeada y acojedora estancia por 3.300 dólares. Ahora sólo falta que venga una alfombra mullida plegable, unos tubitos de champán y una alegre y pizpireta muchacha que considere que en un piso estrecho hay poco espacio hasta para la ropa interior…
Vía: nopuedocreer